Sondaje nasogástrico
El objetivo de esta práctica fue aprender qué es un sondaje nasogástrico, cuándo debemos hacerlo y cuál es la técnica a seguir.
El sondaje nasogástrico es la introducción de un tubo flexible de grosor variable; desde las fosas nasales hasta el estómago.
Este tipo de sondaje sirve para realizar una nutrición enteral (tanto alimentación gástrica, es decir, alimentos naturales triturados y tamizados; como alimentación enteral, en la que se administran principios inmediatos (proteínas, hidratos de carbono, grasas…)), para hacer un lavado gástrico, cuando hay intoxicación por fármacos o sustancias tóxicas, para eliminar secreciones, cuando hay sospecha de hemorragia digestiva alta y cuando tenemos que hacer algún cultivo gástrico.
Además, está contraindicado en presencia de vómitos persistentes, hemorragia gastrointestinal aguda, obstrucción nasofaríngea o esofágica, traumatismo maxilofacial severo y/o sospecha de fractura de la base del cráneo, coagulopatía severa no controlada, sospecha o evidencia de perforación esofágica…
El material que vamos a necesitar para llevar a cabo del sondaje nasogástrico es:
- Una batea.
- Vaselina hidrosoluble.
- Campo estéril.
- Guantes estériles o guantes no estériles.
- Sonda nasogástrica, cuyo grosor dependerá del uso que le demos a dicha sonda.
- Gasas estériles.
- Pinzas.
- Esparadrapo.
- Fonendoscopio.
- Bolsa de drenaje.
- Toalla o empapador desechable.
- Vaso de agua.
La técnica a seguir es la siguiente:
- La enfermera tiene que realizarse una limpieza de manos higiénica y una preparación de los materiales necesarios.
- Informamos al paciente sobre el procedimiento que le vamos a realizar.
- Colocamos al paciente en posición Fowler o sedestación y cubrimos el pecho con la toalla y colocamos cerca la batea (por si se produce algún vómito al introducir la sonda) así como todo el material que hemos preparado previamente.
- Retirar las prótesis y piercings que el paciente pueda tener, elegir la ventana de la nariz por la que introducir la sonda (elegiremos, si la hay, por la que peor se respire, para poder dejar la otra libre para una correcta respiración), y realizaremos la medida de la sonda para saber cuando el paciente tiene que empezar a tragar (se mide la distancia desde la punta de la nariz al lóbulo de la oreja y de ahí a la apófisis xifoides).
- Una vez lubricada la sonda, la introduciremos por la ventana de la nariz elegida. Cuando la hayamos introducido, debemos comprobar que estamos en el estómago, por ejemplo, metiendo el extremo de la sonda en un vaso de agua, esperando que salgan burbujas, debido a los gases existentes en el fundus del estómago.
- Cuando ya sabemos que estamos en el estómago, fijaremos la sonda a la nariz, intentado que ésta se quede en el centro de la nariz para evitar que con el roce continuo se cree una úlcera por presión.
Práctica realizada por Juan Diego Egido Riscos el 25 de octubre de 2011.
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