Bibliografía 3

Contusiones y Heridas

Referencia bibliográfica:
Méndez Martín J. Contusiones y heridas. Proceso de cicatrización (Trasplantes cutáneos. Patología de la cicatriz). En: Tamames Escobar S, Martínez Ramos C. Cirugía: Fisiopatología general, aspectos básicos, manejo del paciente quirúrgico. Madrid: Panamericana; 1997. p. 109-123.

He escogido el libro y capítulo arriba citados porque explica suficientemente detallado el tema de heridas y contusiones dado en clase y me ha servido para ampliar los conocimientos respecto a las definiciones de ambos tipos de lesión, así como las manifestaciones y los respectivos tratamientos.

Contusiones

Son traumatismos en los que el daño tisular ocasionado no se acompaña, al menos inicialmente, de solución de continuidad en piel o mucosas. 

El dolor y la tumefacción local son las manifestaciones comunes de las contusiones. Pasado cierto período de tiempo, aparecen los síntomas que determinan el grado de impotencia funcional, pudiendo clasificar las contusiones en 3 categorías:

1.Contusiones de primer grado: Edema y dolor casi inapreciables, pudiendo producirse alguna rotura mínima de pequeños vasos, originando pequeñas hemorragias internas.

2.Contusiones de segundo grado: Edema y dolor más notables, así como una mayor hemorragia interna (hematomas).

3.Contusiones de tercer grado: Revisten mayor gravedad que las anteriores y pueden conllevar lesiones en estructuras internas. Aparece necrosis en la zona de impacto, donde se destruirán las terminaciones nerviosas y el dolor aparecerá en la periferia. 

En cuanto al tratamiento; el reposo y la inmovilización se comunes a toda contusión. Dependiendo del dolor y el edema, así como de la aparición de colecciones líquidas internas, se precisará de analgésicos y antiinflagísticos, vendajes compresivos o evacuación mediante punción – aspiración, entre otras. En ocasiones, para recuperar la movilidad es necesario recurrir a la rehabilitación.

Heridas

Lesión traumática con pérdida de la integridad cutánea, manifestando dolor (según la inervación de la zona), hemorragia (según la irrigación sanguínea) y separación de bordes (según las líneas de Langer)

Podemos establecer la siguiente clasificación:

- Heridas punzantes: poseen más profundidad que superficie, debido a la penetración.

- Heridas incisas: Son lineales, con profundidad variable y bordes nítidos.

- Heridas contusas: Presentan bordes irregulares y ofrecen signos de contusión.

- Heridas por arrancamiento: Amplia separación de bordes y en ocasiones puede existir pérdida de la integridad cutánea.

- Heridas por empalamiento: El agente traumático actúa a través de los orificios anal o vaginal.

Respecto al tratamiento de las heridas, si no es posible aplicar uno inmediato adecuado a las características de la lesión, se deben adoptar las medidas necesarias para trasladar la paciente a un centro asistencial en las mejores condiciones posibles.

Si la herida no está infectada se procederá a la limpieza de la misma y, si es necesario, al rasurado. A continuación se emplea una solución antiséptica, evitando que penetre en la herida si esta es muy profunda. Si se va a proceder a la sutura primaria, se realiza una escisión de bordes para eliminar bacterias y material necrótico. Al realizar la sutura es importante que los bordes no queden sometidos a tensión.

Si por el contrario, la herida está infectada, no se puede realizar una sutura primaria. Se ha de aseptizar la zona para eliminar la infección y se corregirán las bordes para conseguir el cierre. Este puede producirse poco a poco desde la zona interna al exterior (cicatrización por segunda intención) o bien, mediante una sutura secundaria (cicatrización por tercera intención).


Bibliografía realizada el 3 de Octubre de 2011, por Gemma Rodas Garrido.