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Podríamos definirnos como un grupo de jóvenes que, a día de hoy, estudiamos 2º curso de Enfermería y que utilizaremos este blog a modo de herramienta complementaria de la asignatura de Enfermería Médico-Quirúrgica.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Bibliografía 4

CÁNCER DE HÍGADO
Referencia bibliográfica:
S.M. Lewis, .M.Heitkemper, S. R. Dirksen. Problemas de hígado, vias biliares y páncreas. Valoración y cuidados de problemas clínicos, 6º edición. Madrid: Elsevier, p. 1161-1162

Para esta bibliografía he elegido un libro que  define de un modo sencillo esta patología, incluyendo la sintomatología, las pruebas diagnósticas así como su tratamiento.

El carcinoma hepatocelular es el cáncer primario de hígado más frecuente, es raro y predominante en hombres, esta relacionado  con enfermedades hepáticas crónicas como las hepatitis B o C crónicas y con la presencia de cirrosis hepática.

El hígado es un lugar habitual de crecimientos metastásicos a causa de su elevado riego sanguíneo y su extensa red capilar, las células malignas hacen que el hígado se dilate y pierda su forma característica, son frecuentes tanto las hemorragias como la necrosis del hígado. Los tumores primarios de hígado suelen presentar metástasis en pulmón.

SINTOMATOLOGÍA Y PRUEBAS DIAGNÓSTICAS

El cáncer de hígado es difícil distinguirlo de la cirrosis en sus primeras fases, porque muchas de las manifestaciones clínicas (p.ej., hepatomegalia, pérdida de peso, edema periférico, ascitis, hipertensión portal) son similares.
Otras manifestaciones habituales son dolor sordo abdominal en el epigastrio, ictericia, anorexia, náuseas, vómitos y debilidad externa. Con frecuencia los pacientes presentan embolia pulmonar.
Las pruebas utilizadas para ayudar a establecer el diagnóstico son:
·         Ecografía hepática
·         Tomografía computarizada (TC)
·         Resonancia magnética
·         Arteriografía hepática
·         Colangiopancreatografía retrógrada (CPR)
·         Biopsia hepática
En el carcinoma hepatocelular el análisis de α-fetoproteína (AFP) puede ser positivo. La AFP está elevada, en el 70% de pacientes con carcinoma hepatocelular.

CUIDADOS ENFERMEROS Y DE COLABORACIÓN

El tratamiento del cáncer de hígado es, esencialmente paliativo,  similar a la cirrosis hepática. A veces se hace una extirpación quirúrgica (lobectomía) si el tumor está localizado, aunque solamente entre el 30-40% de los pacientes tienen un cuadro tratable quirúrgicamente; habitualmente no se puede tratar con cirugía porque cuando se detecta el cáncer ya está demasiado avanzado, la escisión quirúrgica de todo el tumor es la que ofrece las mejores opciones de curación. Otros tratamientos posibles son:
o   Ablación con radiofrecuencia :consiste en aplicar energía eléctrica sobre un punto específico en un período de tiempo limitado que destruye los tumores hepáticos
o   Criocirugía: se utiliza en pacientes cuyos tumores se consideran no disecables sin signos de metástasis, se realiza mediante criosondas colocadas en el interior del hígado, y se hace pasar nitrógeno líquido a través de ellas, lo que congela el tejido hepático.
o   Inyección percutánea de etanol (IPE): intervención ambulatoria en la que se dirige un catéter hacia el hígado guiado por ultrasonidos en el cual se inyecta etanol.
o   Quimioterapia: se utiliza en pacientes en los que el cáncer no puedan beneficiarse de otros tratamientos, se utilizan gran variedad de productos quimioterapéuticos administrados por vía sistémica o local.
o   Embolización química: consiste en colocar un catéter en las arterias que riegan el tumor y administra un producto embolizante mezclado con quimioterapéuticos.
o   Trasplante de hígado: en pacientes en los que el cáncer no se ha extendido.
Como el pronóstico de estos pacientes es malo, la intervención enfermera se centra en mantenerlo tan cómodo como sea posible.

Bibliografía realizada por Cristina Felipe Sánchez, a 7 de Noviembre de 2011

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