Valoración del paciente:
Donna D. Ignatavicius, M.S., R.N., C. Marilyn Varner Bayne, M.S., R.N. En: Enfermería Profesional – Enfermería Médico-Quirúrgica. Madrid: McGraw-Hill Interamericana de España; 1996.
Esta parte del libro escogido, dentro del capítulo “Introducción al proceso de cuidados de enfermería”, nos explica en qué consiste la valoración del paciente por parte de la enfermera.
Identifica las partes que tiene este proceso, cuyo fin es la obtención de datos, tanto objetivos como subjetivos acerca del paciente para identificar los problemas actuales o potenciales. La recogida de éstos comienza cuando nos encontramos por primera vez con nuestro paciente y se va desarrollando en los sucesivos encuentros.
El primer paso es la entrevista. Ésta debe ser fluida y ha de hacerse en un entorno que facilite una relación de confianza enfermera-paciente. Es de vital importancia que el paciente se sienta cómodo y note que puede hablar con nosotros de sus problemas sin ningún tipo de temor.
Durante el tiempo que dure esta entrevista y posteriormente, la enfermera debe observar al paciente empleando la vista, el tacto, el oído y el olfato.
Pasando al examen físico del paciente, debemos ser conscientes de que es un paso que puede variar mucho de una enfermera a otra, según sus hábitos, educación, etc. Y que requiere habilidad y cierto grado de experiencia. Sin embargo, empleemos la técnica que empleemos, siempre debemos seguir un estricto orden y emplear la lógica.
En cuanto al método utilizado, unos profesionales se inclinan por el examen de la cabeza a los pies mientras que otros prefieren recabar la información sistema a sistema.
El examen de la cabeza a los pies, el cual quedó explicado en clase, consiste en un repaso anatómico que comienza en la cabeza y pasa por el tronco y las extremidades, terminando en los pies. Tiene como finalidad no dejar en el camino ninguna región del cuerpo sin observar, obteniendo así información de todas las partes del cuerpo.
Tanto si llevamos a cabo un examen de la cabeza a los pies como si lo hacemos sistema a sistema, los recursos empleados son los siguientes:
- Inspección o examen visual del paciente zona a zona.
- Palpación o empleo del tacto para determinar las características de la estructura corporal por debajo de la piel
- Percusión con el objetivo de determinar el tamaño, densidad y límites de un órgano, así como su localización.
- Auscultación de los sonidos derivados de los órganos del cuerpo a través del oído o bien mediante un estetoscopio.
En resumen, y bajo mi punto de vista, me ha resultado una lectura útil para terminar de comprender el proceso de valoración que el día de mañana, nosotros, como enfermeros, deberemos llevar a cabo con los pacientes. Es importante que tengamos claro cómo debe ser, puesto que es el primer paso tras nuestro contacto con el sujeto y resultará decisivo para adoptar unas y otras decisiones.
Donna D. Ignatavicius, M.S., R.N., C. Marilyn Varner Bayne, M.S., R.N. En: Enfermería Profesional – Enfermería Médico-Quirúrgica. Madrid: McGraw-Hill Interamericana de España; 1996.
Bibliografía realizada por Gemma Rodas Garrido.
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